Autores: Lic. Amalia Aguirre
Lic. Lucia Salinero
A partir de la emisión de la reconocida
telenovela “Las mil y una noches”, se nos ocurre plantearnos la problemática
que subyace a ésta trama que tanto atrae y seduce al público en general y a las
mujeres en particular. La protagonista al igual que la mayoría de las mujeres
se sienten inmersas en una doble encrucijada, por un lado atrapada por el alto
grado de poder que sustenta el hombre, que va más allá de lo económico, y por
otro, el verse encerradas en un sentimiento de anulación, poca valoración y
desconfianza de las propias capacidades. Ello suele ser consecuencia de lo que
conocemos como “amor romántico”, amor donde prima la idealización y los
conceptos, de amor eterno, único, insustituible. El amor ligado a términos como
locura y muerte frente a la posible pérdida del otro. Otro que no debiera tener
pasado, ya que éste es vivido como algo amenazador que lleva a la recriminación
y el enjuiciamiento por lo anteriormente vivido. Esto conduce a que
permanentemente los miembros de la pareja tengan que estar rindiendo cuentas de
sus historias personales. Todos los seres humanos, llegan a conformar una
relación con experiencias y vivencias previas dónde no cabe ser cuestionado ya que
esto forma parte de la esencia de cada uno que merece el respeto y la
aceptación del otro.
El protagonista de la novela, resulta ser “la
voz de la verdad, la valentía y la decisión”. Todo lo que acontece se espera
que sea resuelto por él invistiéndolo en un halo “todopoderoso”.
Es posible observar como silenciosamente se
muestra en la trama la falta de intervención y participación activa de la mujer
en diversas situaciones de la vida. Pareciera que la intervención de ésta (protagonista),
no es trascendente ni considerada valiosa en la resolución de situaciones
cotidianas.
Tras lo que aparece como una relación de “pareja
ideal”, se esconde la “pareja real”, dónde predominan características como:- la falta de reconocimiento del otro como otro
-el rol de protector permanente por parte del
protagonista que encubre situaciones de control y posesión
- los celos
desmedidos que parecieran develar un inmenso amor, no son otra cosa que una
muestra de desconfianza y posesividad. Esto remite a una modalidad vincular
sostenida por ambos integrantes de la pareja. Se diría que el temor a perder al
otro incrementa los sentimientos de persecución, lo cual aumenta los constantes
ocultamientos mutuos que llevan a magnificar pequeñas situaciones. Todo esto,
se intensifica en una situación de “convivencia”.
Así la desconfianza va creciendo y alejando a
los miembros de la pareja imposibilitando resolver conflictos de una forma
madura y llevando a tomar decisiones extremas y violentas.
Otra característica que se observa es cómo se
sostienen en éstas relaciones modelos culturales rígidos, machistas y
retrógrados, dónde se espera de la mujer que cumpla con los estereotipos
asignados a ella. ( Léase: crianza de niños, quehaceres domésticos,
acompañamientos sociales etc.); como ocurre en la trama de la novela. Ello
conlleva al cercenamiento de espacios personales, sociales y laborales de
crecimiento y realización en la mujer. Lo que aparenta fortaleza mutua, no hace
más que revelar debilidades, ya que ante el primer imprevisto todo se desmorona
inevitablemente.
Lo
anteriormente dicho está vinculado a una baja autoestima que genera constantes
sentimiento de desconfianza hacia el otro. Por ello es tan importante en el
abordaje de tratamiento para víctimas de violencia, trabajar de una manera
sustanciosa el tema del fortalecimiento de la autoestima.
Como bien indica la palabra “autoestima”, ésta
se refiere a la percepción de sí misma en términos de valoración positiva o
negativa, cómo nos reconocemos y qué sentimos que merecemos. Si tenemos en
cuenta que la autoestima también se forma con la aprobación de los otros y con
las experiencias vividas ello nos dará como resultado el modo en que
enfrentaremos las circunstancias de la vida y la pareja.
Un buen nivel de autoestima posibilita
disfrutar de un amor maduro y sano, enriqueciéndonos con el crecimiento del
otro en un ámbito de autorrealización y libertad.